Sin temor

Mujer Vaso Frágil Pero Firme


Nuestros hijos primero fueron sus hijos…
Tendemos a olvidarnos de este hecho y consideramos a nuestros hijos como «nuestros», como si tuviéramos la última palabra en cuanto a su salud y su bienestar. 
No la tenemos. Toda la gente le pertenece a Dios, incluyendo los pequeñitos que se sientan a nuestra mesa. 
Sabios son los padres que en
forma regular le dan los hijos de nuevo a Dios.


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