Día 23 Ayúdanos a medir nuestras palabras

Mujer Vaso Frágil Pero Firme

Los bendecimos gente de Dios bienvenidos a esta nueva entrega del desafío, esperamos que a su tiempo estas palabras de Dios encuentren un lugar en su vida.
La Biblia la palabra de Dios advierte sobre el poder terrible de las palabras y el poder que tiene la lengua. La compara con un fuego que aunque puede ser pequeño puede causar estragos de dimensión increíble. 

Si hay un ambiente donde el poder de la lengua es liberado es en la casa, y si hay una persona donde ese poder terrible ha caído es en la esposa y el esposo. El matrimonio muchas veces ha sido destruido por este poder, las palabras mal dichas, mal expresadas, las palabras hirientes, ofensivas, destructivas, muchos hombres se jactan de no haber golpeado jamás a una mujer, pero sus palabras han golpeado más fuerte que sus manos. Y viceversa también. Hasta tal punto es tan importante para Dios las palabras que Jesús dijo: " Porque de toda palabra ociosa que hablen los hombres de ella darán cuenta en el día del juicio" ( San Mateo 12:36)
Las palabras no son baratas. Han hecho y hacen daño en la mente y el corazón de las personas. Creo sin duda que un asesino mortal es soltado en casa cuando en los matrimonios se da rienda suelta a las palabras. Si deseamos un mejor matrimonio cada día, creo que debemos tomar el desafío de medir nuestras palabras. Hay mujeres destruidas que no quieren volver a casa, porque aúnque aman a su esposo no aguantan su forma de hablar. Hay hombres que no desean regresar, porque saben que al volver escucharan solo palabras hirientes. 
Quiero guiarlos a orar. 
Padre en el nombre de Jesús, gracias por tu palabra y por la vida que me das. Gracias por Tu Presencia en mi vida. Vengo delante de tu Presencia en esta hora para pedirte que me ayudes a medir mis palabras, he comprendido el poder tan grande que tienen cuando las pronunció. Ayúdame a usar mi boca para bendecir, para sanar con mis palabras, para impartir consejo y aliento al que está cansado o en problemas. Señor líbrame de usar mi lengua para dañar a la persona que tú me has dado para amar. Dame sabiduría a la hora de hablar, oro en este momento que Tú Espíritu Santo tome control de mi boca en cada momento al hablar, mayormente cuando las cosas no están saliendo bien. Te doy gracias en esta hora, en el nombre de Jesús. Gracias Señor..gracias Amén. 
 Dios bendiga sus vidas. 

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